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24 julio 2003
El hermano Manuel Mesonero, nuevo Doctor en
Teología
LA ESPIRITUALIDAD DE SAN MARCELINO
H. Lluís Serra
El hermano Manuel Mesonero, 43 años, nació en Peñaranda de Bracamonte,
Salamanca, España. Pertenece a la provincia de Madrid. El 16 de mayo presentó
en el Teresianum de Roma la tesis doctoral titulada: 'Espiritualidad de san
Marcelino. A partir del estudio crítico de la biografía'. Fue dirigida por el
padre carmelita François-Marie Lethel, obteniendo la máxima calificación. Su
estudio, con pequeños cambios, ya ha sido publicado en un libro en castellano con
una tirada cercana a los mil ejemplares.
¿Qué tiene de novedad un tema tan antiguo?
Algunos temas merecen nuestra atención y estudio por su importancia. La novedad
de esta tesis se encuentra en la perspectiva desde la que la abarco.
¿Qué pretende demostrar con su tesis doctoral?
Al inicio de mis estudios me di cuenta de la gran diferencia que existe entre
las cartas y escritos de san Marcelino y la presentación que hace de él el H.
Juan Bautista en la biografía. Mi tesis, a través del hallazgo de cerca de 800
citas, de diferentes autores espirituales de la época, viene a demostrar que el
Fundador no dejó a su Instituto un cuerpo doctrinal que justifique su carisma,
sino que el biógrafo tomó la doctrina prestada de estos autores para el
Instituto.
Si no podemos hablar de un cuerpo doctrinal, ¿cómo definiría su espíritu?
Sí, es cierto que san Marcelino más que una doctrina lo que deja a su Instituto
y a la Iglesia es un espíritu caracterizado por la sencillez. Este hecho no
debería sorprendernos porque ya han existido en la Iglesia figuras tan
importantes como san Francisco de Asís o, más recientemente, Teresa de Calcuta,
que no han dejado doctrina a sus seguidores, sino un espíritu, un modo de vivir
el seguimiento de Cristo.
La sencillez: ¿es una cualidad psicológica o más bien se trata de una virtud
religiosa?
Yo estudio la sencillez en Marcelino principalmente como una virtud de fe cuyas
característica principal es un trato inmediato con Dios a través de una oración
refleja y espontánea. Justamente esta virtud hace que nuestro personaje tenga
un trato fácil con los hombres, como fruto de la gracia y no solamente como una
cualidad innata de su carácter. De ahí que sea necesario el trabajo personal
para la adquisición de esta virtud.
Usted interpreta de otra manera expresiones clásicas como 'Todo a Jesús por
María...', 'los tres primeros puestos', 'María nuestro Recurso Ordinario', 'la
presencia de Dios', 'buenos cristianos y honrados ciudadanos'... ¿Cómo debemos
entenderlos a la luz de su estudio?
Es cierto que los hallazgos de las fuentes de autores nos dan pruebas muy
sólidas sobre el modo cómo el biógrafo realizó la biografía. Así, la doctrina
que pensábamos que venía directamente de Marcelino son apropiaciones del
biógrafo, tomadas de autores.
Otro ejemplo es la divisa que hasta hoy pensábamos como original del Santo:
'Todo a Jesús por María, todo a María para Jesús' es una cita textual de
Aubriot, en una obra de 1808. La verdad es que la frase no aparece nunca en sus
escritos. Se trata de una fórmula demasiado complicada para un hombre sencillo.
Una divisa exige una fórmula bien pensada y usada en los momentos y documentos
más solemnes. Entonces hemos de hablar de la divisa ya conocida: 'Todo a la
mayor gloria de Dios, y honor de la Augusta Madre María, madre de nuestro Señor
Jesucristo'.
Lo mismo podemos decir de la advocación 'Recurso Ordinario' que el biógrafo la
sitúa como 'su expresión favorita.' En realidad, Champagnat no sólo no tiene
esta expresión en sus escritos sino que he encontrado la advocación en Aubriot
y en un librito del mes de mayo de 1818 muy usado en La Valla. La advocación
que el Fundador emplea con más naturalidad en sus escritos es 'buena Madre.'
Esta expresión va muy en consonancia con las relaciones filiales que el Santo
establece con María.
El biógrafo presenta también 'los tres primeros puestos,' cuna, cruz y altar,
resaltando la 'devoción particular' que Marcelino tenía al Niño Jesús. Se trata
de un dato que no tiene bases históricas porque las diversas cartas de Navidad
que conservamos del Santo no hablan para nada de esta devoción ni tampoco la
Regla del Fundador de 1837 deja constancia de este hecho.
Con referencia a 'la presencia de Dios' es cierto que es un tema de mucha
importancia para nuestra espiritualidad marista. Sin embargo, el H. Juan
Bautista no ha tenido el acierto de otros temas de la biografía. Hoy día nos
encontramos con dificultades para transmitirlo según él lo explica. Así la
fórmula 'Dios me ve' resulta inadecuada por el moralismo y la rigidez que da al
método. Champagnat accede a la presencia de Dios de manera espontánea, en
muchas ocasiones a través del garabateo de la expresión: 'Vos lo sabéis, Dios
mío', que es una fórmula directa y personal para dirigirse a Dios.
Finalmente el lema educativo 'buenos cristianos y honrados ciudadanos' vuelve a
ser una apropiación del biógrafo que, modificando ligeramente la fórmula de los
Hermanos de la Salle (buenos cristianos y buenos ciudadanos) lo transforma en
un lema propio marista. Champagnat, citando textualmente a los Hermanos de las
Escuelas Cristianas, lo acepta sin ningún tipo de problemas para su Instituto.
Entonces, ¿cuáles son los tres ejes básicos de la espiritualidad de san
Marcelino?
El seguimiento de Cristo, nuestro 'divino modelo' enseñando a los niños, se
presenta como el primer eje de la espiritualidad de san Marcelino. La imitación
y el seguimiento de Cristo es el fundamento de su espiritualidad, confirmado
con expresiones tan radicales como éstas: 'Que Jesús y María sean siempre su
único tesoro', 'Que Jesús y María sean siempre su único todo.'
El segundo eje de esta espiritualidad es su amor a María. Champagnat tiene la
característica de unir siempre su nombre al de Jesús, con una expresión muy
clarificadora que dice: 'Sin María no somos nada y con María lo tenemos todo
porque María tiene siempre a su adorable Hijo entre sus brazos o en su
corazón'. Esta expresión se puede considerar como la fórmula que fundamentaría
el culto mariano de san Marcelino.
El tercer eje es su confianza y abandono en Dios teniendo en el 'Nisi Dominus'
(Salmo 127) la fórmula oracional de abandono que más le caracterizó.
Champagnat, sobre todo a partir de 1826, logra estar continuamente en un estado
de indiferencia y de querer sólo lo que Dios quiere, como puede verse en expresiones
continuas de sus cartas: 'Bendito sea Dios', 'Hágase su voluntad'. San
Marcelino, debido a su carácter muy activo y a su gran celo apostólico, sufre
una fuerte tensión obras-abandono, y encuentra la solución de este dilema en el
equilibrio: se hace lo que se puede y cuando no se llega a más se abandona a
Dios: 'Descansaré en el Señor y en su santísima Madre'.
¿En qué medida esta espiritualidad sirve sólo para los hermanos o también
para los laicos, hombres y mujeres?
Digamos que la figura de Marcelino puede verse desde un doble nivel. Como
Fundador, los hermanos tienen una gran riqueza en el carisma de vida religiosa
que suscitó en la Iglesia. Y la Iglesia, al presentarlo como santo en 1999,
ratifica que el modo peculiar que él tuvo de seguir a Cristo sirve también para
que muchos cristianos, a través de él, vivan con mayor lucidez este
seguimiento, principalmente a través de la sencillez.
Según las conclusiones de su tesis, ¿tendríamos que cambiar alguna cosa en
el Instituto marista para ser más fieles al carisma fundacional?
Mi estudio se centra en san Marcelino y en el carisma que él dejó hasta 1840
con su muerte. No he hecho una reflexión sobre una actualización adecuada.
Ciertamente, después de este estudio, surgen preguntas como éstas: ¿Cómo vivir
hoy la sencillez a través de una vida pobre y de 'tener todo en común' como lo
hicieron los primeros hermanos? ¿Cómo plantear hoy nuestra obediencia religiosa
para que siga conservando los elementos ignacianos con los que la caracterizó
el Fundador?
¿Qué nuevos horizontes se abren a partir de su investigación?
Esta tesis demuestra que mucha de la doctrina que el biógrafo atribuye a san
Marcelino tiene su origen en fuentes de autores de la época. Es necesario
devolver a los escritos del Santo la importancia que merecen, porque, si usamos
las expresiones de autores, no estamos hablando de nuestro Fundador sino de
otros.
http://www.champagnat.org/docs/ES31484_Bol084.doc
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