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09-07-2003 Boletin marista 82 - 10 julio 2003
El hermano Théoneste Kalisa, preside la
Comisión de Pastoral Vocacional
LOS JÓVENES QUEDAN FASCINADOS POR LA PERSONA DE JESÚS
H. Lluís Serra
Théoneste Kalisa, 49 años, nació en Rugari (R. D. del Congo). Se licenció en
Antropología Cultural y Sociología (Kinshasa) y en Teología Moral (Roma). Fue
superior del distrito del Congo. Actualmente es Consejero general y Presidente
de la Comisión de Pastoral Vocacional.
Eso de la pastoral vocacional, en los tiempos que corren, debe ser un hueso
duro de roer.
Las vocaciones a la vida consagrada han disminuido hasta el punto de que
podemos hablar de una crisis. La vida de la sociedad y de la Iglesia cambia muy
rápidamente, creando un nuevo contexto para la vida consagrada. La pastoral
vocacional tiene necesidad de expresarse en términos nuevos y apropiados. La
imagen del hueso duro de roer me parece adecuada. La realidad es seca y dura,
pero necesitamos afrontarla con resolución.
Su trabajo, ¿no tiene algo de marketing, aunque sea muy espiritual?
Hoy día es difícil dar a conocer y apreciar nuestra vida de consagrados sin
emplear el lenguaje del marketing que lo ha invadido todo y que resulta más
comprensible para los jóvenes.
Tomamos prestado ese lenguaje para comunicarnos con los jóvenes. Pero, cada
vez, es necesario disipar los malentendidos posibles, ir a lo esencial. El
lenguaje del marketing es insuficiente para expresar la realidad de la
vocación, un campo en el que todo es don.
¿Qué criterios se usan para discernir la vocación de un joven que quiera ser
hermano?
Nuestro joven candidato debería mostrar signos suficientes de una relación
personal con Jesús y de generosidad al servicio de los demás. Sin embargo, en
estos casos, debe evitarse la excesiva simplificación. Los movimientos del
Espíritu en cada persona son un secreto entre Dios y ella. Nuestros criterios
quieren ser claros, pero deben aplicarse con humildad.
¿En qué consiste la llamada crisis vocacional?
La parte visible es el reducido número de entradas y las salidas masivas. Pero
la realidad es múltiple y compleja. Sufrimos la secularización y sus
consecuencias. Existe el fenómeno de las sectas. Se da la crisis familiar y el
reducido número de hijos. Hay que citar, también, la crisis interna de las
familias religiosas.
¿Existen puertas abiertas a la esperanza?
Sí. Los jóvenes actuales muestran un profundo interés por lo que es el
fundamento de la vida consagrada. Por una parte están fascinados por la persona
de Jesús. Hablan de Él y quieren conocerle mejor. Por otra parte, quieren estar
al servicio de los demás, sobre todo, de los más necesitados. También hay que
hacer notar que en algunas partes del Instituto el número de hermanos está
aumentando.
¿Qué temas va a abordar su Comisión?
La comisión reflexionará sobre nuestro nuevo campo de apostolado e intentará
dar su contribución para responder a las situaciones urgentes. Nuestros temas
serán: intercambios sobre la pastoral vocacional en el Instituto, formación de
los Hermanos encargados de las vocaciones, invitación directa como forma de
reclutamiento propio, acompañamiento de la vocación marista.
(FMS Ecos Maristes 43, marzo 2003)
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